4 de marzo de 2014

Ganas de vivir

Me da ganas de vivir. Busco algo que tengo muy adentro y no entiendo bien qué o por qué, pero lo busco. Y tiene su forma, de eso estoy segura. Me llena de fuerza, la acumula de a pedacitos chiquititos, la junta de a poquito y cada vez son más partecitas, y de repente es una fuerza enorme que está dispuesta a llevarse puesto todo para lograr lo que busca. Y ya no le importa nada, porque si es lo que tanto buscó, extrañó y esperó, y ahora está a la vista, está al alcance de la mano, no le importa nada más que dar el salto y atraparlo. Caer como sea, de pie, de rodillas, o de cabeza, pero agarrarlo aunque sea con la punta de los dedos. Atrapar el pedacito de cielo, la luciérnaga más luminosa, la mirada que hace el puente. Atraparla y acercarla al alma. Sentir su olor, el ritmo de la respiración, la suavidad de su piel. Apretarla contra el pecho, sumergirla en el mar propio, impulsarla con el viento. Juntar la fuerza para dar el salto de una vez, y que ya nada más importe. Dar el salto que haga crecer las alas otra vez y volar. Volver. Volver a volar, a planear, a vivir. Volver a la luz, al amor, a vos.

2 comentarios:

  1. Contagiosas ganas de vivir...No las pierda, ni a las luciérnagas, ni a la mirada, ni al mar o las ganas de saltar.
    Yo soy chiquitito, pero de eso también conozco, he recorrido kilómetros y kilómetros a paso de bicho, pero no hay cosa más hermosa que por fin llegar.
    Y, no me va a creer, pero me han crecido alas.

    ResponderEliminar
  2. Poderosas deben de ser tus ganas de vivir para retornar al encuentro que te lleve al alzar el vuelo...
    Sigue en ese intento que los avances se tornan furtivos cuando la persistencia es compañera y amiga.

    Linda forma de compartir tus ganas de vivir...
    Bss

    ResponderEliminar